martes, 7 de diciembre de 2010

...

En el precipicio una boca hambrienta
Grita sobre el silencio
Exigiendo mi carroña
Ahí la calma me susurra inquietudes
Al preciso instante en que el pie besa al vacío
Donde se dan cita mis opuestos
Y conforman en mi frente
Una delgada línea
De locuras y muertes
donde habito perpleja
pero tan indecentemente cuerda
que voy moviéndome sin péndulos
meciéndome en tan sólo este oscilar
Indudable del miedo
Esta culebra burda sobre mi vientre
Que me alucina de inmensidades
Llamándome al vacío
Donde he de expulsarme.

Tras la caída del gran salto dado
Me excito profana en la mirada
Reconociéndome con certeza
En mi túnel de existencias
Que desde mí descienden
Llevándome tras el sin fin
Donde veo millones de espejos
Reflejando mis formas inventadas
Y que junto a mí van cayendo
Arrastrándonos
Al estrépito,  la inexistencia
Que provoca el desnudarse
Más allá de esta materia…

No hay comentarios:

Publicar un comentario