un poco
al centro
para morder el polvo
sin quedarse en la rendija
para probarse en el banquete propio
y dejar en claro lo más oscuro
para que dejen los dedos la sangre
con su mordisqueo nervioso
de saber
que lo sabido
se cansa de esperar
entre tantos fragmentos
ajenos y reconocidos
No hay comentarios:
Publicar un comentario